EDITORIAL

Una reflexión sobre la importancia de los datos en la medicina

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por Vicente P. Gutiérrez Maxwell

Miembro Fundador de Fundación Trauma
Profesor Emérito de Cirugía de la Universidad de Buenos Aires
Miembro Honorario del American College of Surgeons

“Lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”. Este concepto maravilloso y tan representativo es del célebre físico y matemático irlandés William Thomson Kelvin, quien se graduó en Cambridge (Inglaterra), fue profesor de la Universidad de Glasgow (Escocia) a los 21 años y designado Lord en 1866 en reconocimiento a su trayectoria y sus descubrimientos como las leyes de la termodinámica, los sistemas de unidades de medida y la escala de temperatura que lleva su nombre.

En estos aforismos, Lord Kelvin sintetiza la importancia de los datos en el campo de la medicina e impulsa el espíritu del trabajo de Fundación Trauma.

Uno de los principales objetivos de Fundación Trauma es contribuir a la organización y fortalecimiento del sistema de salud en la Argentina con el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas y, en particular, disminuir las muertes prevenibles, salvar vidas y reducir secuelas. Para lograrlo, nos enfocamos en dos pilares fundamentales: el desarrollo de sistemas de registros y bases de datos y, un permanente programa educativo para favorecer a la mejora de la atención en todas las áreas de la medicina.

En Estados Unidos se trabaja en la creación e implementación de sistemas de registros en centros de salud desde hace más de un siglo. Es importante mencionar que, 70 años después de la actuación de Lord Kelvin, un grupo de líderes en cirugía de Estados Unidos se reunía en la Society of Clinical Surgery, precursora del American College of Surgeons (ACS). Uno de ellos, Ernest Codman, cirujano del histórico Massachusetts General Hospital de Boston, despertó un marcado interés en la calidad de la asistencia hospitalaria.

Así fue como, influenciado por el movimiento industrial de la época, propuso el End Results System, un sistema para evaluar los resultados finales, en lugar de centrarse en las técnicas quirúrgicas, que era la práctica común en ese entonces.

El sistema de Codman consistía en monitorear los resultados alejados de las intervenciones quirúrgicas, pero se encontró con un gran obstáculo: los registros de evolución de los pacientes eran rudimentarios e incompletos. A pesar de las críticas recibidas por parte de otros cirujanos que se oponían a los cambios, el trabajo de Codman entusiasmó a Franklin Martin de Philadelphia, quien lideraba el grupo fundador del ACS.

Durante la etapa inicial de la organización del ACS, se crearon comisiones y comités según distintas áreas del ejercicio de la cirugía y así surgió su Comité de Trauma, entre cuyos objetivos prioritarios estaba la creación de una base de datos nacional de trauma.

Esta base, denominada National Trauma Data Bank, llegó en 1983, alcanzando más de siete millones de registros hasta el informe de acceso público de 2016, aunque ya existían varios registros nacionales -el primero de 1971, en Illinois, que reunía datos de 50 centros-.

Al comenzar la gestión de Fundación Trauma, recibimos un respaldo invaluable del Comité de Trauma del ACS, considerado el más relevante a nivel mundial, en palabras de su entonces vicepresidente, Raúl Coimbra: «Fundación Trauma en Argentina ha dado un paso significativo hacia el desarrollo de una base de datos similar y los felicito por eso. Este es un esfuerzo significativo que ha llevado varios años para su florecimiento pero la integración de datos de trauma de diferentes hospitales de Argentina en una única gran base de datos y, espero, su expansión al resto del país, permitirá a Argentina contar con uno de los mejores sistemas de trauma de América Latina«. Ver mensaje completo.

La humanidad está ansiosa porque hemos entrado en la era de la Inteligencia Artificial (AI). Este avance ha generado expectativas y, en algunos casos, temores acerca del poder potencial de las máquinas. Sin embargo, es importante recordar que siempre existirá un diálogo entre el ser humano y la computadora, ya que la máquina necesita ser alimentada con datos previamente registrados por seres humanos para poder procesarlos, ordenarlos y luego tomar decisiones.

Mientras tanto, hay mucho trabajo por hacer para lograr un sistema de información que facilite la recolección de datos, de manera que las decisiones se tomen en base a la mejor evidencia disponible.

En Fundación Trauma honramos la historia y valoramos la alquimia entre la experiencia y la tecnología, reconociendo que los datos constituyen la base para promover avances significativos en la gestión de la atención para el bienestar de nuestra comunidad.